Primero Renée Zellweger y ahora Meg Ryan, estas mujeres que hace algunos años fueron consideradas iconos de belleza ahora están irreconocibles, todo porque no soportan envejecer y dejar atrás lo que un día fueron.
Pero no vayamos muy lejos, la semana pasada una mujer murió en un apartamento, porque la cirugía o remedo de cirugía que le estaban practicando, falló... Triste ¿Verdad?
Siempre hemos sido partidarias de que cada persona debe buscar la felicidad, y si eso implica pasar por el quirófano pues que así sea. No estamos en contra de las cirugías plásticas, estamos en contra de atentar contra nuestro cuerpo.
Obviamente lo ideal sería que todos nos amaramos tal y como somos, pero seamos honestos muy pocos pueden decir que si tuvieran la oportunidad de cambiar algo de su aspecto no lo harían.
Pero al ver lo que muchas mujeres en el mundo se someten a procedimientos bárbaros sólo por motivos estéticos, nos hace pensar que las mujeres tenemos demasiado miedo a envejecer y dejar que los años hagan su trabajo. Si hay algo que admiramos profundamente son las mujeres que envejecen orgullosas de lo que son.
Poner nuestra salud en riesgo y llevar la “belleza” al extremo sólo porque tenemos miedo de no ser atractivas, es sinceramente absurdo. Envejecer es natural y un reconocimiento a las batallas que hemos ganado a lo largo de nuestra vida. No nos queda más que invitarlas a que amen lo que son, lo que fueron y lo que serán.
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